“Los aficionados tardaron diez años en creer que se usaba EPO, y los motores llevan desde 1998”, esta es una de las frases de la entrevista al ingeniero Istvan Varjas, fabricante de los motores, y con la cual el diario francés L´Équipe respalda su denuncia del dopaje tecnológico en el ciclismo.
L´Équipe tituló el artículo de su denuncia: «Motores en las bicicletas, ¿una bomba de efecto retardado?». El respaldo y argumento de la información esta respalda en la entrevista al ingeniero húngaro Varjas, quien se dedica a la fabricación de los motores , 12 al año. Según el especialista, los motores se usan desde 1998 y su evolución ha sido tal que no se detectan en la actualidad: «Son totalmente silenciosos e ilocalizables para los mecánicos. Disponen de distintas medidas de potencia y de mayor o menor autonomía».
El periódico especula sobre la posible ubicación del motor en las bicicletas: desde los cuadros hasta, lo más probable, los bujes de las ruedas. Tendrían el tamaño de un stick USB y estarían conectados con el pulsómetro de los corredores. Así, podrían entrar en acción como una ayuda suplementaria cuando el corazón alcanza el umbral máximo de esfuerzo. Varjas, asegura que nunca ha vendido sus productos directamente a nadie del pelotón, pero que lo ha hecho a través de gente en Mónaco, a un precio que va de 100.000 a 150.000 euros. «A los aficionados les costó una década creer que se utilizaba EPO. Es lo mismo para los motores, y se emplean desde hace 17 años», concluye.
La Comisión Independiente para la Reforma del Ciclismo (CIRC) ya advirtió de la amenaza del dopaje tecnológico. Para Brian Cookson, presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), se trata de «un problema muy serio». L’Équipe sospecha por los numerosos cambios de bicicletas durante las carreras y señala a Cancellara, Contador o Hesjedal. De Cancellara extrañan dos aceleraciones «artificiales» de 2010, en Flandes y Roubaix. Sobre Contador dice que los controles de bicis le ponen nervioso y que usó sus propias ruedas en las cronómetros del Tour de 2009. Y de Hesjedal recuerda el extraño movimiento de su rueda cuando se cayó en la séptima etapa de la Vuelta de 2014.
En Italia especialistas comentaron al respecto del dopaje tecnológico, además de demostrar como funciona.